El problema de acceso a la vivienda en España está lejos de generar una nueva burbuja inmobiliaria. De hecho, el sector se inclina más por una crisis de demanda que de oferta. Esta es una de las conclusiones que han plasmado diferentes expertos durante el Congreso Nacional de Servicing Inmobiliario, que ha celebrado su sexta edición esta semana en Madrid y ha reunido a diferentes actores del negocio: desde promotores a gestores, pasando por consultoras y Administración Pública. Según los datos de CBRE, la inversión inmobiliaria ha superado los 8.000 millones de euros en los nueve primeros meses del año, con un alza del 6% interanual, y la previsión apunta a que podría cerrar 2024 alrededor de los 12.000 millones, con un incremento del 10% interanual. El residencial es el sector más destacado, junto con el hotelero, y seguirá captando el interés del capital extranjero gracias al factor clima, de ahí que a España se le considere como la Florida de Europa. “Hoy en día tenemos un mercado inmobiliario sano, donde hay inversión y hay apetito, aunque tiene sus riesgos”, han asegurado desde la consultora. En esa línea, desde AXA también han confirmado el buen momento del mercado, al insistir en que “el sector se ha dado la vuelta de una manera impresionante. La crisis de 2007-2009 destrozó el tejido productivo y un 30% de los promotores desaparecieron, así como muchísimas empresas de la actividad inmobiliaria. Y lo que ha surgido de todo eso es un tejido profesional que está siendo capaz de dar resultados y eso es lo que explica que persista el interés". El grupo asegurador ha recordado que “la posición de España ha sido muy buena. Si comparamos los resultados de inversión que ha dado España nos damos cuenta de que está funcionando mejor que sus pares europeos”. Y ha destacado, por ejemplo, que el nivel de apalancamiento es muy bajo comparado con el pasado, mientras que los precios se han mantenido estables o incluso han subido en algunas zonas, y que las dinámicas de oferta y demanda son sanas, con muchas transacciones que se cruzan en todo tipo de inmuebles.  En el caso concreto de la vivienda, no obstante, existe un fuerte desequilibrio entre la oferta y la demanda. La producción de nuevas viviendas, pese a crecer, lo hace a un ritmo muy inferior al que crece la población. Actualmente se están desarrollando cerca de 90.000-100.000 unidades al año, frente a los 200.000-250.000 nuevos hogares que surgen ejercicio tras ejericio.  A corto plazo, los promotores descartan que se produzca un fuerte aumento de los niveles de actividad residencial. Como sostienen desde Aedas Homes, “tenemos que volcarnos en el desarrollo de viviendas y va a haber producción, pero no seremos capaces de resolver el diferencial”.  Por tanto, el principal riesgo podría venir del lado de la demanda y su incapacidad para asumir los precios de la vivienda.  Domus RS, compañía especializada en la gestión, desarrollo y comercialización de proyectos y portfolios inmobiliarios, ha explicado que “estamos en un momento residencial dulce, pero con ciertos síntomas de alarma que demos un tener en cuenta. Y es que hay un desfase brutal entre oferta y demanda, y no tiene pinta que en corto plazo eso vaya a cambiar”.  La gestora también ha incidido en que, a diferencia de lo que sucedió en el pasado, “esta vez el riesgo de una potencial crisis, que tarde o temprano llegará, llegará por el lado de la demanda. Si no somos capaces de hacer un ‘refreshing’ de sueldos o si no hay una mejora de la economía, habrá una parte muy importante de la población que no pueda acceder a la compra de una vivienda y tendrá que buscar alternativas como el alquiler”.

El problema de acceso a la vivienda en España está lejos de generar una nueva burbuja inmobiliaria. De hecho, el sector se inclina más por una crisis de demanda que de oferta.

Esta es una de las conclusiones que han plasmado diferentes expertos durante el Congreso Nacional de Servicing Inmobiliario, que ha celebrado su sexta edición esta semana en Madrid y ha reunido a diferentes actores del negocio: desde promotores a gestores, pasando por consultoras y Administración Pública.

Según los datos de CBRE, la inversión inmobiliaria ha superado los 8.000 millones de euros en los nueve primeros meses del año, con un alza del 6% interanual, y la previsión apunta a que podría cerrar 2024 alrededor de los 12.000 millones, con un incremento del 10% interanual. El residencial es el sector más destacado, junto con el hotelero, y seguirá captando el interés del capital extranjero gracias al factor clima, de ahí que a España se le considere como la Florida de Europa.

“Hoy en día tenemos un mercado inmobiliario sano, donde hay inversión y hay apetito, aunque tiene sus riesgos”, han asegurado desde la consultora.

En esa línea, desde AXA también han confirmado el buen momento del mercado, al insistir en que “el sector se ha dado la vuelta de una manera impresionante. La crisis de 2007-2009 destrozó el tejido productivo y un 30% de los promotores desaparecieron, así como muchísimas empresas de la actividad inmobiliaria. Y lo que ha surgido de todo eso es un tejido profesional que está siendo capaz de dar resultados y eso es lo que explica que persista el interés».

El grupo asegurador ha recordado que “la posición de España ha sido muy buena. Si comparamos los resultados de inversión que ha dado España nos damos cuenta de que está funcionando mejor que sus pares europeos”. Y ha destacado, por ejemplo, que el nivel de apalancamiento es muy bajo comparado con el pasado, mientras que los precios se han mantenido estables o incluso han subido en algunas zonas, y que las dinámicas de oferta y demanda son sanas, con muchas transacciones que se cruzan en todo tipo de inmuebles.

En el caso concreto de la vivienda, no obstante, existe un fuerte desequilibrio entre la oferta y la demanda. La producción de nuevas viviendas, pese a crecer, lo hace a un ritmo muy inferior al que crece la población. Actualmente se están desarrollando cerca de 90.000-100.000 unidades al año, frente a los 200.000-250.000 nuevos hogares que surgen ejercicio tras ejericio.

A corto plazo, los promotores descartan que se produzca un fuerte aumento de los niveles de actividad residencial. Como sostienen desde Aedas Homes, “tenemos que volcarnos en el desarrollo de viviendas y va a haber producción, pero no seremos capaces de resolver el diferencial”.

Por tanto, el principal riesgo podría venir del lado de la demanda y su incapacidad para asumir los precios de la vivienda.

Domus RS, compañía especializada en la gestión, desarrollo y comercialización de proyectos y portfolios inmobiliarios, ha explicado que “estamos en un momento residencial dulce, pero con ciertos síntomas de alarma que demos un tener en cuenta. Y es que hay un desfase brutal entre oferta y demanda, y no tiene pinta que en corto plazo eso vaya a cambiar”.

La gestora también ha incidido en que, a diferencia de lo que sucedió en el pasado, “esta vez el riesgo de una potencial crisis, que tarde o temprano llegará, llegará por el lado de la demanda. Si no somos capaces de hacer un ‘refreshing’ de sueldos o si no hay una mejora de la economía, habrá una parte muy importante de la población que no pueda acceder a la compra de una vivienda y tendrá que buscar alternativas como el alquiler”.

TEXTO PROPIETAT de;https://www.idealista.com/news/inmobiliario/vivienda/2024/11/15/821271-el-sector-inmobiliario-avisa-la-proxima-crisis-de-vivienda-vendra-por-la-demanda

El problema de acceso a la vivienda en España está lejos de generar una nueva burbuja inmobiliaria. De hecho, el sector se inclina más por una crisis de demanda que de oferta.

Esta es una de las conclusiones que han plasmado diferentes expertos durante el Congreso Nacional de Servicing Inmobiliario, que ha celebrado su sexta edición esta semana en Madrid y ha reunido a diferentes actores del negocio: desde promotores a gestores, pasando por consultoras y Administración Pública.

Según los datos de CBRE, la inversión inmobiliaria ha superado los 8.000 millones de euros en los nueve primeros meses del año, con un alza del 6% interanual, y la previsión apunta a que podría cerrar 2024 alrededor de los 12.000 millones, con un incremento del 10% interanual. El residencial es el sector más destacado, junto con el hotelero, y seguirá captando el interés del capital extranjero gracias al factor clima, de ahí que a España se le considere como la Florida de Europa.

“Hoy en día tenemos un mercado inmobiliario sano, donde hay inversión y hay apetito, aunque tiene sus riesgos”, han asegurado desde la consultora.

En esa línea, desde AXA también han confirmado el buen momento del mercado, al insistir en que “el sector se ha dado la vuelta de una manera impresionante. La crisis de 2007-2009 destrozó el tejido productivo y un 30% de los promotores desaparecieron, así como muchísimas empresas de la actividad inmobiliaria. Y lo que ha surgido de todo eso es un tejido profesional que está siendo capaz de dar resultados y eso es lo que explica que persista el interés".

El grupo asegurador ha recordado que “la posición de España ha sido muy buena. Si comparamos los resultados de inversión que ha dado España nos damos cuenta de que está funcionando mejor que sus pares europeos”. Y ha destacado, por ejemplo, que el nivel de apalancamiento es muy bajo comparado con el pasado, mientras que los precios se han mantenido estables o incluso han subido en algunas zonas, y que las dinámicas de oferta y demanda son sanas, con muchas transacciones que se cruzan en todo tipo de inmuebles. 

En el caso concreto de la vivienda, no obstante, existe un fuerte desequilibrio entre la oferta y la demanda. La producción de nuevas viviendas, pese a crecer, lo hace a un ritmo muy inferior al que crece la población. Actualmente se están desarrollando cerca de 90.000-100.000 unidades al año, frente a los 200.000-250.000 nuevos hogares que surgen ejercicio tras ejericio. 

A corto plazo, los promotores descartan que se produzca un fuerte aumento de los niveles de actividad residencial. Como sostienen desde Aedas Homes, “tenemos que volcarnos en el desarrollo de viviendas y va a haber producción, pero no seremos capaces de resolver el diferencial”. 

Por tanto, el principal riesgo podría venir del lado de la demanda y su incapacidad para asumir los precios de la vivienda. 

Domus RS, compañía especializada en la gestión, desarrollo y comercialización de proyectos y portfolios inmobiliarios, ha explicado que “estamos en un momento residencial dulce, pero con ciertos síntomas de alarma que demos un tener en cuenta. Y es que hay un desfase brutal entre oferta y demanda, y no tiene pinta que en corto plazo eso vaya a cambiar”. 

La gestora también ha incidido en que, a diferencia de lo que sucedió en el pasado, “esta vez el riesgo de una potencial crisis, que tarde o temprano llegará, llegará por el lado de la demanda. Si no somos capaces de hacer un ‘refreshing’ de sueldos o si no hay una mejora de la economía, habrá una parte muy importante de la población que no pueda acceder a la compra de una vivienda y tendrá que buscar alternativas como el alquiler”