Andorra en verano: un paraíso natural… ¡y gastronómico!
Más asociado con el invierno y el esquí, este precioso destino tiene mucho más que ofrecernos. El verano es otra de las mejores épocas para visitarlo y hacer múltiples planes
Si ya has estado alguna vez en Andorra, es probable que tengas en la cabeza un paraíso natural teñido de blanco, uno de los mejores lugares para practicar deportes de nieve, gracias a sus más de 300 kilómetros de pistas de esquí. Pero es como destino veraniego como lo hemos conocido nosotros recientemente y hemos quedado impresionados.
Situado en los Pirineos, entre España y Francia, se encuentra Andorra, con una extensión de 468 km2, de los cuales el 90% del territorio es naturaleza y de éste un 10% es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se divide en parroquias, que vendrían a ser como pequeñas regiones y está considerado un país en el que se respira uno de los aires más puros del mundo.
Sus montañas y sus lagos son ideales para disfrutar de todo tipo de deportes de aventura; su tranquilidad y su oferta termal y de bienestar también son otro reclamo más que apetecible; sus museos y monumentos nos permiten impregnarnos de la cultura andorrana; sus múltiples propuestas de ocio hacen que la diversión esté garantizada y su gastronomía es otro atractivo indudable más para pasar unas fantásticas vacaciones estivales en este pequeño país tan cercano a España.
Al estar rodeado de montañas, el Principado tiene una gastronomía de altura, marcada por los productos de la tierra con influencias catalanas y francesas. En este enclave tan singular, entre los próximos 16 y 18 de septiembre, Andorra se convertirá en la capital mundial de las cocinas de alta montaña para poner en valor la gastronomía andorrana, sus productos autóctonos, su influencia gastronómica y su relación culinaria con Francia y España. Andorra Taste reunirá a un centenar de profesionales de entornos montañosos de todo el mundo para singularizar los ecosistemas de altura como ejes de esa vida natural e identitaria basada en conceptos y valores que ahora triunfan en la gastronomía mundial: autenticidad, sostenibilidad, territorio y producto de cercanía.
Uno de los espacios gastronómicos más auténticos (y diferentes) que hay en el Principado son las bordas. Antiguamente, se usaban para guardar el grano y proteger el ganado pero hoy son los restaurantes con los platos y el carácter más andorranos. También hay otros establecimientos de reconocido prestigio como el Celler d’en Toni ,en Andorra La Vella, -premiado con el galardón Bib Gourmand de la Guía Michelin y con Marcel Besolís al frente de sus fogones-. No te puedes ir de allí sin probar sus tradicionales canelones, unas cremosas croquetas, el steak tartar de buey con foie o el fricandó con setas de temporada.
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