El segundo puente colgante más largo del mundo está en Andorra

El segundo puente colgante más largo del mundo está en Andorra

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El Principado ha inaugurado un puente tibetano de 600 metros de longitud que espera convertirse en un atractivo turístico.

Tierra de paisajes montañosos y estaciones de esquí, Andorra ha inaugurado su puente tibetano de unas dimensiones majestuosas. La infraestructura cuenta con 600 metros de largo y se encuentra ubicada a 1.800 metros de altitud. No obstante, la distancia al suelo es de 158 metros.

El segundo puente colgante más largo del mundo está en Andorra

El Principado ha inaugurado un puente tibetano de 600 metros de longitud que espera convertirse en un atractivo turístico.

Tierra de paisajes montañosos y estaciones de esquí, Andorra ha inaugurado su puente tibetano de unas dimensiones majestuosas. La infraestructura cuenta con 600 metros de largo y se encuentra ubicada a 1.800 metros de altitud. No obstante, la distancia al suelo es de 158 metros.

La propuesta, poco apta para aquellos con miedo a las alturas, pretende convertirse en la nueva atracción turística de Andorra. Hasta la fecha, el país era considerado un destino asociado a la temporada invernal. Por ello, el propósito de la inauguración del puente es el de transformarse en una opción turística durante el resto del año. Tan solo superado por los más de 700 metros que recorre el Sky Bridge de República Checa, este puente será todo un reclamo para los visitantes al Principado.

El puente se abrió al público a principios de junio y está situado en la parroquia del Canillo. Por ello, desde su ubicación se puede disfrutar de unas vistas fascinantes al Vall del Riu. Resulta destacable el hecho de que no existan accesos al puente para acudir en coche. De este modo, las opciones para realizar la visita son acudir en autobús desde el Palau de Gel de Canillo o caminar hasta él desde el parking del Mirador del Roc del Quer. Sin embargo, también se puede acudir caminando desde la parroquia realizando una ruta de 45

Pese a las dificultades de su instalación, causadas por los cables de 20 toneladas cada uno que lo sostienen, la atracción turística ha sido construida en 18 meses y ha supuesto un coste de 4,6 millones de euros. No obstante, el puente colgante ha superado las pruebas de seguridad pertinentes para su inauguración.

La estructura, caracterizada por su diseño minimalista, cuenta con una pasarela suspendida en el aire que une los dos puntos del valle. Dado que tiene un ancho de 1 metro aproximadamente, solo está habilitado para el paso de peatones. Asimismo, el puente puede soportar a 600 personas a la vez aunque se estima que lo transiten unos 165 visitantes por hora.